Un terrorista del amorEl estrés puede desintegrar una relación de pareja; sepa cómo evitarlo.
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Cuando a Marina Reyes el abogado le preguntó cuál era el motivo que la impulsaba a pedir el divorcio, sin pensarlo dos veces ella respondió: el estrés.Desde el inicio, ella y su esposo se propusieron luchar por una estabilidad económica y dedicaron los primeros 12 años de matrimonio a acumular bienes y dinero en las cuentas de banco. No paraban en la casa, y aun los fines de semana y feriados se dedicaban a completar tareas que quedaban pendientes.
Las tensiones y fatiga se interpusieron entre ellos, hasta que la relación dejó de funcionar sin posibilidad de recuperación. De acuerdo con Eleonor Guerra, sexóloga y terapeuta familiar con práctica en el condado de Ventura, California, el estrés —la tensión provocada por eventos de la vida diaria— puede dañar profundamente una relación amorosa, y uno de los primeros síntomas es la pérdida gradual del deseo sexual. "La libido es vulnerable a cualquier crisis personal, laboral o familiar que tengamos y, al modificarse, la pareja sufre porque ya no desea intimidad, o al menos no sabe cómo lidiar con ella. Por ejemplo, cuando alguno de los miembros trabaja mucho y en labores que le demandan concentración y tiempo, es común que no tenga suficiente energía y motivación para conseguir una relación sexual satisfactoria". A nivel físico, una eyaculación precoz o erección dificultosa en el hombre, y coitos dolorosos por falta de lubricación vaginal natural en la mujer pueden ser los resultados del estrés, dice la especialista. "Por eso, no deben acumular tensiones, y menos, transportarlas del trabajo a la cama". Lamentablemente, en los momentos de más tensión es cuando la pareja busca menos el apoyo del otro. "Esta fatiga mental y física, los hace huir de la intimidad, aunque puede que en el fondo la deseen. La comunicación de sentimientos, revelación de emociones o el contacto físico les produce incomodidad. Evitan los besos y las caricias, los cuales podrían ser una valiosa herramienta para combatir ese estrés", dice. Según la entrevistada, la pareja debe proponerse seriamente arreglar esta situación si no quiere terminar en divorcio seguro. "No es tan difícil lograrlo, y hay que tener en mente que una buena relación íntima es una manera eficiente de eliminar el estrés", expresa. (De El Mensajero)
Cuando a Marina Reyes el abogado le preguntó cuál era el motivo que la impulsaba a pedir el divorcio, sin pensarlo dos veces ella respondió: el estrés.Desde el inicio, ella y su esposo se propusieron luchar por una estabilidad económica y dedicaron los primeros 12 años de matrimonio a acumular bienes y dinero en las cuentas de banco. No paraban en la casa, y aun los fines de semana y feriados se dedicaban a completar tareas que quedaban pendientes.
Las tensiones y fatiga se interpusieron entre ellos, hasta que la relación dejó de funcionar sin posibilidad de recuperación. De acuerdo con Eleonor Guerra, sexóloga y terapeuta familiar con práctica en el condado de Ventura, California, el estrés —la tensión provocada por eventos de la vida diaria— puede dañar profundamente una relación amorosa, y uno de los primeros síntomas es la pérdida gradual del deseo sexual. "La libido es vulnerable a cualquier crisis personal, laboral o familiar que tengamos y, al modificarse, la pareja sufre porque ya no desea intimidad, o al menos no sabe cómo lidiar con ella. Por ejemplo, cuando alguno de los miembros trabaja mucho y en labores que le demandan concentración y tiempo, es común que no tenga suficiente energía y motivación para conseguir una relación sexual satisfactoria". A nivel físico, una eyaculación precoz o erección dificultosa en el hombre, y coitos dolorosos por falta de lubricación vaginal natural en la mujer pueden ser los resultados del estrés, dice la especialista. "Por eso, no deben acumular tensiones, y menos, transportarlas del trabajo a la cama". Lamentablemente, en los momentos de más tensión es cuando la pareja busca menos el apoyo del otro. "Esta fatiga mental y física, los hace huir de la intimidad, aunque puede que en el fondo la deseen. La comunicación de sentimientos, revelación de emociones o el contacto físico les produce incomodidad. Evitan los besos y las caricias, los cuales podrían ser una valiosa herramienta para combatir ese estrés", dice. Según la entrevistada, la pareja debe proponerse seriamente arreglar esta situación si no quiere terminar en divorcio seguro. "No es tan difícil lograrlo, y hay que tener en mente que una buena relación íntima es una manera eficiente de eliminar el estrés", expresa. (De El Mensajero)
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